jueves, 14 de junio de 2012

Y sus miembros...

Iván

La pregunta que más suscita el jefe del clan Razhinski entre los habitantes de Kundat, ciertamente es la de: "¿En qué está pensando?" y "Oh, dioses, ¿me está mirando a mi? Que no me esté mirando a mi. ¡¿Qué he hecho?!". 
En una aproximación a su figura, Iván puede resultar incluso así lejano. Distante, observador, parece que sus sonrisas le costasen algo más que esfuerzo, como si tuviese que pagar por cada una que esboza. O al menos, eso sucede en público. 

En privado, es decir, rodeado por sus hermanos o Piotr Knelhnitski, Iván no es que diste mucho de aquella pose de hombre que carga con mil y una responsabilidades, pero sí que se puede leer en sus ojos la completa devoción que siente hacia los miembros más cercanos de su familia. 
Recto, comedido, antepone el nombre del clan ante cualquier inclinación personal, ya sea de él o de otra persona.

También, ¿por qué no?, malhablado. Pero aquello es tan común tanto dentro de los muros del villorrio como fuera de ellos que... ¿acaso resalta más por ello? No más que Gheorghi, o el propio Piotr. 
Si seguimos respondiendo a preguntas acerca de nuestro temido líder de comunidad, la siguiente que nos atañería sería la siguiente: ¿Cuáles son sus gustos?
Difícil de responder, ciertamente. Pero aquí siempre efectuamos una exhaustiva indagación, y nos hemos topado con algunas respuestas: el ajedrez. Como hombre mayoritariamente mental, amante de la estrategia militar y la lucha en sí, Iván adora un reto de este calibre concentrado en ese ingenioso juego. Desgraciadamente, no es fácil encontrar en la zona un contrincante que al menos conozca las reglas y presente un reto digno de ser considerado como tal. Ha seguido la tradición de su padre a la hora de encargar y atesorar diferentes mapas, pero su pasatiempo favorito es el que le es vetado aún más que el ajedrez: no dedicarse a nada por un espacio prolongado de tiempo. 
Por otro lado, como bien sabemos, Iván es un hombre fundamentalmente de acción, por lo que no cabe redactar de nuevo a lo que dedica una gran porción de su vida: la lucha, la caza, la persecución. Y el liderazgo. 


Por que no hay que olvidar, queridos lectores, que nuestro temido jefe de clan sigue siendo eso, precisamente. 
Y pese a quien pese, seguirá con ojo avizor - amenazante y protector al mismo tiempo - sobre nuestras cabezas, velando por Kundat y sus habitantes como hicieron todos sus predecesores. 


Seguiremos informando.

El Noticiero. 

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